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Publicado por Carolina Robledo Torres
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Los Drones para Agricultura Abren Paso a la Observación por Satélite

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El crecimiento y desarrollo tecnológico que está experimentando el mundo es imparable y, como no podía ser de otra manera, este sector también se beneficia de ello.

Desde imágenes satelitales o técnicas de agricultura de precisión, pasando por software de aplicación en la agricultura o drones, todos ellos aportan su granito de arena para hacer la gestión del campo mucho más eficaz, sencilla y sostenible.

Por un lado, las imágenes satelitales son ideales para tener una visión general del campo, así como poder monitorizar grandes extensiones de cultivos. Este tipo de monitorización es usado no solo por agricultores, también por aseguradoras que quieren comprobar si las reclamaciones al seguro son genuinas.

No obstante, algunas condiciones en los cultivos son difíciles de evaluar desde lejos y ahí es donde entran en juego los drones para agricultura.

Su uso permite una monitorización muy cercana a la planta, y es especialmente útil en campos de decenas de hectáreas, donde explorar el campo a pie llevaría horas.

¿Qué se puede hacer con ellos? Ventajas y posibilidades

De un tiempo a esta parte, se consideraba a los satélites y sus fotos satelitales como la opción más avanzada para observar y/o cartografiar el campo, aunque no fuese 100% perfecto. Pero los drones se presentan como una alternativa rentable y precisa.

Antes de entrar en detalle, veamos una lista rápida comparativa entre ambos:

  1. El alcance de un satélite es muchísimo mayor que el de un dron, que en lugares grandes puede incluso llegar a requerir varios vuelos.
  2. Las imágenes satelitales contienen toda la información en cada una de ellas, mientras que las tomas realizadas con drones necesitan unirse cual mosaico.
  3. Las imágenes de satélite están georreferenciadas, permitiendo conocer las coordenadas del lugar en cuestión.
  4. Los drones requieren un operario que los maneje, mientras que las imágenes satelitales no requieren nada especial.
  5. Los datos de satélite se almacenan en archivos que permiten echar un ojo a las condiciones de una zona en el pasado comparando entre varias imágenes, mientras que los drones solo pueden mostrar el estado actual.
Drones en la agricultura
Powie / Pixabay

A simple vista puede parecer que el uso de drones para agricultura no está justificado, pero nada más lejos de la realidad. Eso sí, conviene tener algunas cosas en cuenta.

Por ejemplo, hay diferentes tipos de drones, con sus características particulares.

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Los drones con rotores son ideales para explorar zonas pequeñas y su zona de aterrizaje y despegue es pequeña; por su parte, los drones de ala fija requieren una zona más grande para ello, pero al mismo tiempo pueden cubrir más área y tienen una mayor resistencia a las rachas de viento.

Una vez elegido el tipo de dron que más se ajusta a las necesidades particulares, conviene plantearse si contratar a terceras personas ajenas a la explotación o formar a personas dentro de la propia empresa para manejarlos; elija la opción que elija debe ser consciente de las normativas existentes, especialmente aquellas referentes a la seguridad (por ejemplo, está prohibido volar cerca de aeropuertos o enclaves militares) y/o a la privacidad de otras personas.

Los drones para la agricultura cuentan además con una integración cada vez mayor en sistemas de gestión agrícola, permitiendo reducir el tiempo de planificación y análisis de datos, así como exportar dichos datos a otros elementos, como equipos de fumigación.

Los drones capturan imágenes de alta calidad y cada vez se usan más para cartografiar áreas de difícil acceso o incluso peligrosas para las personas. Si bien no son capaces de recoger muestras como lo haría un humano, si permiten determinar qué zonas concretas del campo podrían necesitar la presencia de un explorador, en lugar de peinar el campo a ciegas.

Al volar a baja altitud, los días nublados no suponen un problema para capturar datos, al contrario que ocurre a veces con los satélites; también son capaces de volar en condiciones meteorológicas adversas que, en otras circunstancias, podrían llevar varios días si se realizan de forma manual (humana).

¿Rivales directos o complemento el uno del otro?

Parece bastante claro que el uso específico de imágenes satelitales y drones para la agricultura es lo suficientemente diferente como para considerarlos rivales.

Así, el uso de imágenes satelitales es ideal cuando:
  • Se necesita una visión general del terreno. Un satélite es capaz de obtener imágenes de enormes extensiones de terreno, lo cual puede ser útil cuando no se requiere mucho detalle.
  • Se quiere recopilar grandes cantidades de datos en poco tiempo. Diferentes satélites y sensores permiten obtener datos de cualquier parte del mundo y el hecho de poder comparar los datos recogidos con datos de otros años permite crear modelos de análisis predictivo para tomar mejores decisiones.
Por su parte, el uso de drones para la agricultura es ideal cuando:
  • Se necesita una visión cercana a lo que queremos ver. Los drones muestran y capturan imágenes de alta resolución a metros o incluso centímetros del lugar objetivo, lo que ayuda a visualizar exactamente lo que ocurre y así poder tomar una mejor decisión.
  • Para sustituir las exploraciones a pie del campo. Si nuestro campo no tiene ninguna restricción de vuelo, un único operador de vuelo puede cubrir decenas de hectáreas desde un lugar tranquilo y cómodo, sin que ninguna persona tenga que recorrer a pie todo el campo; por otro lado, esto solo es posible si las condiciones meteorológicas acompañan, ya que las rachas de viento podrían impedir el correcto vuelo del aparato.

Por lo tanto, es posible afirmar que satélites y drones para la agricultura pueden perfectamente convivir juntos y complementarse.

Una monitorización completa del campo pasa por utilizar ambos sistemas, en función de si la situación requiere uno u otro, e intentar como integrar los datos de ambos de modo que trabajen juntos. Si bien es cierto que el desembolso a corto plazo puede suponer un problema para algunos agricultores, el hecho de tener completamente controlados los cultivos, evitando la pérdida de rendimiento en ellos, hace que esta inversión compense a largo plazo.

Los drones han llegado a la agricultura y han venido para quedarse.

 

Soy Carolina. Cursé estudios de el Grado en Ingeniería Agrícola por la Universidad de La Rioja.

Desde siempre, me ha gustado redactar, editar y publicar información relacionada con el medio ambiente, la agricultura, la jardinería y el cultivo de frutas y hortalizas.

En Sembrar100 puedo llevar a cabo esta tarea, y la verdad: ¡Me encanta!

Mi labor como editora jefe me lleva bastante trabajo, puesto que además de redactar, debo revisar y corregir fuentes bibliográficas, así como posibles erratas que podamos cometer.

Espero que la información que aquí ofrecemos te guste 🙂

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