La nutrición de las plantas es fundamental para que estén sanas y logren producir una buena cosecha (o floración, dependiendo del caso).
Existen una serie de elementos químicos que la naturaleza es capaz de aportar, sobre todo cuando se trabaja en terrenos fértiles y ricos.
Pero cuando hace falta uno o más de los principales nutrientes, llegan al rescate los conocidos abonos complejos.
Y hoy estaremos ahondando a fondo en lo que a este tema se refiere, así que no pierdas de vista ni un solo detalle ¿Comenzamos?
¿Qué son los abonos complejos o compuestos?
Los abonos complejos son aquellos que se han diseñado con dos o más de macronutrientes que necesitan las plantas.
Estos macronutrientes son el potasio, el fósforo y el nitrógeno. De allí que algunas veces se llamen abonos NPK, si contiene los tres.
Estos son abonos muy beneficiosos que se pueden administrar según los estudios de suelo realizados y el tipo de cultivos a implementar. Dentro de sus principales características podemos destacar:
- Se trata de compuestos que presentan estabilidad a nivel químico.
- Como cada esfera de abono está formada por los tres componentes, las plantas son capaces de obtener una nutrición completa. Esto a su vez se complementa con el hecho de que cada gránulo es idéntico a los demás en forma, tamaño y peso.
- Tienen buena resistencia a los elementos del entorno, como la abrasión y el polvo.
¿Qué hace el abono compuesto en las plantas?
El abono lo que hace es mejorar las condiciones nutricionales del suelo que después la planta es capaz de absorber a través de sus raíces.
Tanto el nitrógeno, como el potasio y el fósforo son elementos claves en esta materia, por lo que se conocen como macronutrientes.
Una cantidad correcta de nitrógeno, por ejemplo, ayudará a que las plantas crezcan y se desarrollen con más rapidez.
También influye en que la planta esté vigorosa, lo que interviene directamente en su capacidad productiva.
El potasio, por su parte, se encarga de elevar el valor de la planta, ayudando a que esta no solo crezca en tamaño sino que sea de calidad. Es vital para aquellas plantas que son productivas de frutos.
También se involucra de forma directa en el proceso de fotosíntesis. El fósforo, por último, interviene en los procesos metabólicos que son la parte no visible pero que es la que permite lo visible.
Por ejemplo, el fósforo es el que ayuda a las plantas a convertir la energía proveniente del sol en una energía que permite que los procesos internos se generen.
De esta manera, las plantas pueden ejecutar la fotosíntesis, procesar las proteínas, entre otros. El fósforo es el elemento más complejo de encontrar en los suelos porque tiene una movilidad muy limitada.
¿Cómo se obtiene el abono compuesto?
Existe un proceso de tipo industrial que se establece para conseguir el abono complejo y que parte desde la materia prima de los propios componentes.
Lo normal es la materia prima sea soluble en agua para asegurar que el resultado final también lo sea y se vuelva capaz de penetrar en los cultivos.
En función a ello, podemos decir que algunas materias primas comunes para obtener estos elementos químicos son:
- El nitrógeno: puede trabajarse desde un estado ureico, de amoniaco o en nitratos.
- El fósforo: se trabaja de manera natural con rocas ricas en fósforo. También es posible aprovechar el fosfato monoamónico.
- El potasio: puede obtenerse al tratar el sulfato potásico o el cloruro potásico.
Estos son tratados por medio de reacciones químicas que permiten que los mismos se vuelvan una mezcla suave y más o menos líquida. Después, esta mezcla suave se granula y se envía a un proceso de secado que permite obtener la contextura resultante del abono.
Es importante destacar que la mezcla suave es homogénea, lo que facilita que los granos resultantes tengan la misma composición. No siempre el abono complejo tiene iguales cantidades de cada componente, ya que se adecúan en función a las posibles necesidades nutricionales de los cultivos.
¿Cómo se aplica el abono complejo a las plantas?
A diferencia de los abonos de tipo orgánico, como el compost casero, los abonos complejos se aconseja implementarlos como una capa baja en el terreno.
Esto ayuda a que los nutrientes se distribuyan uniformemente en la extensión y que las propias raíces de las plantas obtengan lo que necesitan.
Según las condiciones del terreno habrá que decidir sobre las concentraciones de cada compuesto, ya que pueden ser variables.
¿Cuáles son los tipos de abono complejo?
Los abonos complejos son de muchos tipos en función a las proporciones que ha decidido crear el fabricante. Estas las podrás ver en las bolsas de los abonos que compres en cualquier tienda de productos agrícolas y vienen demarcadas por una numeración.
Las numeraciones se distribuyen en tres partes, la primera corresponde al nitrógeno, la segunda al fósforo y la tercera al potasio. Así tenemos una numeración, por ejemplo, de 15-15-15. Esta quiere decir que se encuentran 15 kilos de nitrógeno, 15 de fósforo y 15 de potasio.
Si, por el contrario, el fabricante indica que es 10-10-0, quiere decir que no incluye potasio. Es muy importante fijarse en estos datos a la hora de comprar y conocer bien lo que necesitan tus cultivos para darles justo lo que les hace falta.
Porque sí, un déficit de nutrientes puede ocasionar problemas en el desarrollo y producción de las plantas, es cierto. Pero un exceso también, por lo que estudiar y comprender el comportamiento de cada elemento que influye es una tarea que debes aplicar sí o sí.
Los abonos complejos tienen la misión de mejorar las condiciones nutricionales de cualquier suelo y, por sus características, son fáciles de utilizar. Además, su capacidad de absorción es realmente buena y, a diferencia de los compuestos orgánicos, sabrás con exactitud qué es lo que estás aplicando.
De cualquier manera, ante las dudas, es mejor aplicar un abono complejo de contenido equilibrado. Es decir, que tenga las 3 numeraciones iguales.
Referencias bibliográficas
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- Importancia de los abonos orgánicos, JAF Herrán, RRS Torres, GER Martínez… – Ra Ximhai: revista …, 2008 – uaim.edu.mx
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