Cuando te decides a sembrar cebollas piensas en obtener una cosecha abundante y de mucha calidad y, para ello, debes poner mucha atención al tema del riego.
En este caso, las cebollas demandan vigilancia porque son sensibles a los cambios que puedan producirse en el espacio donde estén sembradas.
No soportan la sequía y mucho menos el encharcamiento, por lo que además de la frecuencia, tendrás que controlar la cantidad de agua que apliques. ¿Te parece demasiado trabajo? Ni te preocupes porque aquí te vamos a dejar todos los detalles para que esta tarea te salga de 10 sin ser un experto.
- Frecuencia de riego: cada quince días en invierno y dos veces a la semana en verano.
- Método de riego: por goteo.
- Hora del día óptima para el riego: en el transcurso de la mañana, de preferencia antes de las 10 am.
- Identificar exceso de agua: hojas manchadas, aparición de enfermedades, pudrición del bulbo.
- Identificar carencia de agua: hojas débiles, marchitas, bulbos pequeños.
¿Qué necesidades de riego tienen las cebollas?
El riego forma parte de los cuidados más trascendentales de la cebolla porque es una especie que no tolera los cambios de humedad en su entorno. Su exigencia de humedad la manifiesta desde el propio momento en que la siembras porque le hace falta suficiente para lograr asentarse.
Es por ello que debes regar apenas culmines con la siembra y volver a repetir el proceso dos días después para luego anotarte la frecuencia que corresponda. Con todo, es una de las especies a la que más merece la pena prestarle atención porque es sumamente beneficiosa a nivel gastronómico. Al final, ¿quién cocina sin cebollas?
¿Cómo podemos detectar la falta de riego en las cebollas?
Si la falta de riego ocurre durante el período de formación del bulbo, lógicamente incidirá en el tamaño y la calidad que tendrá este.
Lo ideal es asegurar que la tierra se mantenga con humedad constante, por lo menos en los primeros 15 centímetros de superficie.
Después, la carencia de riego influirá negativamente en las hojas, produciendo que estas se vean débiles, cambien de color y se marchiten.
¿Cada cuánto debemos regar las cebollas?
La frecuencia de riego de las cebollas tendrás que determinarla en función a diversos aspectos que te resumimos a continuación. Lo primero es la época del año en la que estés, pues debes considerar que durante el invierno las necesidades de humedad son menores que en verano.
Además, si llueve, no hará falta que apliques riegos porque bastará con la cantidad de agua que reciben por vía natural. Por otro lado, hay que considerar la fase de desarrollo en la que esté el bulbo, ya que es posible contar por lo menos tres estadios:
- En la formación del bulbo las exigencias de agua son mayores, lo que conlleva a que establezcas un ritmo de riegos más frecuente.
- Durante el crecimiento las necesidades disminuyen, así que bastará con regar de forma normal en los ciclos apropiados para evitar que la superficie de la tierra se seque.
- En la fase final, 3 semanas antes de la recolección, los riegos deben ser suspendidos para lograr que los bulbos se sequen antes de extraerlos.
Todas estas consideraciones dan como resultado una frecuencia de riego que podría establecerse con 1 vez cada 15 días en invierno y hasta 2 veces por semana en verano.
¿Cuál es la mejor forma de regar cebollas?
El método del goteo es la forma más recomendable de regar las cebollas porque facilita que el agua se concentre de forma directa en la base de la planta. A modo preventivo debes saber que las hojas de las plantas de cebolla no deben mojarse porque podrían volverse un espacio idóneo para el desarrollo de enfermedades.
En algunos casos, el riego por inundación está también aprobado para esta finalidad porque permite enfocar el agua en la base y no en la parte aérea. No obstante, si no es bien controlado será capaz de causar un impacto negativo en la cantidad de agua que recibe la cebolla.
¿Cómo detectamos exceso de agua en las cebollas?
Cuando las cebollas están sometidas a exceso de riego es común evidenciar síntomas en las hojas, las cuales se pueden empezar a manchar. Esto se debe a que la excesiva humedad puede provocar la muerte del bulbo de forma directa o facilitar que se instale algún hongo.
De allí la importancia de evitar los encharcamientos y asegurar una tierra con un buen drenaje antes de planificar la siembra. Si bien es cierto que la siembra de las cebollas implica un mayor compromiso que otras especies vegetales, también hay que rescatar que vale la pena.
En todo caso, existen formas de mecanizar el proceso de riego (útil cuando la producción es muy grande) lo que te quitará trabajo de encima.
