El ajo es de los cultivos más numerosos que existen alrededor del mundo porque se trata de un alimento de muchas propiedades y exquisito sabor.
En cualquier cocina, sea de alto nivel o casera, el ajo es uno de los ingredientes infaltables y es por eso que tenerlo en un huerto es el deseo de muchos.
Pero ¿Cómo lograr que las cosechas sean de excelente calidad? Dándole los cuidados recomendados y previniendo los ataques de plagas y enfermedades.
Y para estar a tono en esta materia, te dejamos esta información que será de mucha utilidad cuando algo no vaya bien con tu cultivo.
Mosca de la cebolla
Una de las principales características que tiene el cultivo de ajo es que suele ser víctima de las mismas plagas que atacan a las cebollas, de allí que mencionemos este tipo.
Su acción inicia al colocar los huevos en el suelo alrededor de la planta de ajo o en el cuello de la misma.
Posteriormente, las larvas que nacen se encargan de generar daños en las partes verdes del fruto, así como en las flores de la planta. Todo esto produce que las hojas se sequen y la planta pierda vitalidad, muriendo como consecuencia final.
El método para combatirla está orientado más a lo preventivo que a lo correctivo, eligiendo semillas sanas y desinfectándolas antes de sembrar. En todo caso, con plaguicidas naturales se podrá hacer frente al ataque si llegara a presentarse.
Tiene la propiedad de hibernar en el invierno, por lo que su erradicación debe ser hecha con detalle para evitar nuevos problemas en la próxima primavera.
Podredumbre verde
Es una enfermedad que tiene la propiedad de alterar la correcta constitución de los dientes del ajo.
En ellas se genera una especie de pelusa blanca que va variando en color a medida que los efectos avanzan hasta convertirse en verde azulado.
En la estructura de la planta la situación no es mucho más positiva, pues causa un decaimiento de toda ella. Si la enfermedad ataca cuando la planta no está muy desarrollada, se produce un estancamiento y un retraso.
Lo peor es que la podredumbre verde puede ser vía de entrada para otras enfermedades, como es el caso de los nematodos. Atacarla no es tarea sencilla y solo podrá avanzar con el uso de productos químicos aprobados para combatir sus efectos.
Gusano rojo
Es una de las plagas más preocupantes a la hora de sembrar ajos porque sus efectos no se notarán hasta el momento de realizar la cosecha.
Tiene la propiedad de mantener una vida por las noches, colocando sus huevos alrededor de la base de la planta.
Cuando los huevos eclosionan, lo que sucede es que las larvas se sumergen en la tierra en búsqueda del bulbo al que ingresan formando pequeñas galerías.
Con lo avanzado de la actividad larvaria, los dientes de ajo van siendo consumidos hasta desaparecer en su totalidad. Si el efecto es mayor, es posible perder las cabezas enteras.
Cuando ya no tiene más nada por consumir, busca un escondite en el que mantenerse protegido durante el invierno para aparecer en la próxima primavera.
Gorgojo del ajo
Se trata de unos insectos que es común ver al ataque de las plantas de ajo en la primavera.
Son bastante pequeños, con 5 mm de longitud como máximo y con un color oscuro entre marrón y negro.
Sin embargo, sus larvas son blancas y estas tienen la propiedad de destruir de manera absoluta a los bulbos, ocasionando la pérdida de la cosecha.
Para hacerles frente, la única alternativa es realizar la aplicación de productos químicos que sean adecuados para tratarlos.
Nematodos
Se trata de parásitos que infectan a las raíces de las plantas produciendo protuberancias que impiden la correcta distribución de nutrientes.
También es posible que utilicen como fuente de alimentación los tallos de las plantas, causando unas pérdidas todavía mayores en los cultivos.
Como se trata de una acción elevadamente nociva, las plantas tienden a morir sin haberse desarrollado en su totalidad. El parásito vive en el suelo, por lo que una acción apropiada para prevenir su aparición tiene que ver con la rotación de cultivos.
Otra buena estrategia es realizar la desinfección de la zona antes de proceder a la siembra y utilizar semillas de elevada resistencia. Cuando el ataque no es muy numeroso, lo más aconsejable es poner en práctica una estrategia conocida como solarización.
Esta consiste en recubrir el suelo con plástico de manera que por la acción del sol la temperatura aumente y se eliminen los parásitos.
Roya
Es una enfermedad que suele atacar cultivos como el ajo y muy similares a este como es el caso del cebollino.
Tiene la particularidad de producir manchas en las hojas de color rojo que después se oscurecen hasta verse más bien violetas.
Este efecto es muy nocivo porque en poco tiempo produce que las hojas se sequen y que la planta, por ende, muera. En casos no tan complejos sí que se puede producir una maduración veloz del fruto, dejándolos de menor tamaño al esperado.
La buena noticia es que es una enfermedad tratable con mezclas naturales como aceite con agua. En caso de que esto no funcione, la acción química natural también está aprobada.
Podredumbre blanca
Es una enfermedad que ataca a las plantas desde las raíces, destruyendo de forma absoluta al sistema radicular de la misma.
Es producida por un hongo que forma su micelio desde la tierra y cuyos efectos van poco a poco llegando a cada una de las partes de la planta.
En las zonas aéreas tiende a producir una vellosidad blanca evidente. Después, las hojas se vuelvan amarillas y terminen por desecarse, afectando los procesos fotosintéticos necesarios para su bienestar.
Lo peor es que la podredumbre blanca es una puerta de entrada para que las plantas también sufran el ataque del mildiu. A la hora de tratarla, la única vía probada que surte efectos positivos es con el uso de productos químicos como el benomilo, los cuales deben aplicarse apenas se noten los primeros síntomas.
Las cosechas de ajos suelen ser numerosas y lo menos que se espera es que la vitalidad de las mismas se vea afectada por plagas o enfermedades. De allí la importancia de estar bien informados sobre la sintomatología y, sobre todo, de los tratamientos apropiados para hacerles frente.
